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sábado, 29 de enero de 2011

AÑO 2000 VUELVO CON MI HIJO

Durante el tiempo que estuve en la empresa C.I.C., mi hijo con sus trabajadores se dedicaba a hacer las terminaciones de los embalses, los cabezales, y los cercados de los embalses. Sin embargo, no dejó de trabajarle a la empresa de las granjas; mi amigo Félix se había hecho cargo de las obras otra vez y le daba los trabajos a mi hijo.

Se encontraba mi hijo haciendo en Valencia, entre Ayora y Alpera, las naves que no se hicieron antes por culpa de la crisis del cerdo. Un día me dice mi hijo: ¨Papá, el Félix me ha dicho que tengo que hacer una granja nueva en la provincia de Granada, concretamente en Darro, y yo le he respondido que no puedo estar en Valencia y en Granada a la vez, y me ha contestado que tienes que hablar con él". Llamo a Félix y le digo: "¿qué pasa con esto que me dice mi hijo?", y él me contesta: "Juan, me ha dicho el jefe José Luis Muñoz que la granja de Darro la tienes que hacer tú". Le expongo mi situación , y me vuelve a decir: "Juan, que la tienes que hacer tú".

Visto el panorama, hablo con mi jefe Fernando Luis y le expongo el caso. Este, después de darle a la cabeza negativamente, me dice:" Juan, si no fuera porque se trata de tu hijo, te diría que no te fueras, pero, tratándose de él, ya no te lo puedo decir". Así que en el verano del año 2000 me fui otra vez a trabajar con mi hijo, todavía no había terminado la granja de Valencia, y yo tuve que desplazarme a Granada con un equipo de obreros para empezar, mientras él terminaba en Valencia.

Terminada la granja de Granada, que duró dieciocho meses, nos vinimos para Murcia y comenzamos a trabajarle a la empresa SARCO, que se dedicaba a obras públicas. Con aquella empresa estuvimos casi tres años en distintos municipios de Murcia y Alicante.

Un día nos vino a ver a mi casa una persona que había estado de encargado con SARCO y que nos conocía bien; venía acompañado de otras dos personas más. Nos plantearon comenzar unos dúplex en el termino municipal de Guardamar del Segura, provincia de Alicante. Nos expusieron sus condiciones y las aceptamos. En poco más de dos años le edificamos tres grupos, uno de catorce, otro de diecisiete y otro de treinta y cinco; en total, sesenta y seis dúplex.

Como en aquella urbanización no dejaban construir más, decidimos comenzar a construir por nuestra cuenta. Hicimos dos duplex en el campo de la Matanza de Santomera, y después, un edificio de cinco viviendas en Santomera como promotores. Se vendieron los dos dúplex, y, de los cinco pisos del edificio, sólo se vendieron tres; la construcción cayó en picado y quedó paralizado el sector de la construcción.


En la entidad bancaria de CAJA MURCIA teníamos el préstamo del edificio, pero no se veía forma de vender los dos pisos que quedaban. Le propuse a mi hijo escriturar un piso cada uno y así nos quitábamos el préstamo del banco. Así lo hicimos, y en el mes de Febrero del año 2008 se eliminó el préstamo de la obra.

jueves, 27 de enero de 2011

ENTRO EN C.I.C.

Fernando Luis Cánovas Mateo, dueño de la empresa C.I.C., se enteró de que yo no estaba ya trabajando en la empresa de las granjas, y me llamó para que habláramos; él tenía un equipo de ingenieros industriales agrícolas, y, aparte, se dedicaba a hacer embalses para riego y montaje de cabezales e instalaciones de riego por goteo.
Tenía él un socio para hacer los embalses, pero estaban en trámite de separación. Había alquilado una nave en el campo de La Matanza de Santomera y allí tenía las oficinas, una para los ingenieros y la otra para el resto del personal. La parte alta de esta última la estaba habilitando para un despacho para su padre y para él.
El destino quiso que su padre enfermara y muriera, y él se quedó sin la persona que le daba asesoramiento y confianza en cada momento. Acudí a su llamada para hablar con él. El ya me conocía bien, me expuso su caso y me ofreció el puesto de encargado general, para hacer embalses y cabezales para riego por goteo.
Acepté sus condiciones y se me instaló una mesa de despacho en la oficina de abajo. Yo, para él, quedaba en la empresa como su asesor y su hombre de confianza en el campo de trabajo que a mí me competía, claro. Aunque nunca se podría comparar, yo iba a hacer parte de las funciones que su padre hubiera podido hacer.
A lo largo de dos años y medio que estuve trabajando con él, realizamos muchos trabajos de importancia, entre ellos tengo que destacar un embalse que le hice a la empresa BABIPLAT de mi amigo Juan Antón Campillo.
La importancia de este embalse consistía en que iba casi totalmente sobre nivel del terreno, con una altura de cinco metros y un diámetro de cincuenta metros de interior, para una capacidad útil de diez mil metros cúbicos.

domingo, 23 de enero de 2011

PASO A DALLAND IBRID

Cambio la gerencia de la empresa a nombre de mi hijo y me incorporo a la empresa de las granjas que se llamaba ¨DALLAN HIBRID¨. Comencé haciendo una granja entre Bullas y Cehegín, en una finca que habían comprado y que se le llamaba ¨LA GARROBERA¨.
Como yo tenía que buscar al personal para trabajar, pronto incorporé a mi hijo para hacer trabajos en la empresa en la que yo trabajaba. Necesitaba mucho personal, y mi hijo tuvo que buscar más obreros para hacer frente a todo el trabajo que había.
Más de dos años estuve en la empresa trabajando, y, en ese tiempo, hice diversos trabajos en distintos lugares; terminada da granja de ¨LA GARROBERA¨, pasé a la zona de Valencia. Allí habían comprado una finca entre Ayora, de la provincia de Valencia, y Alpera, de la provincia de Albacete. Esta finca tenía una granja vieja y abandonada.
Aparte de las naves nuevas que se hacían, había que remodelar las viejas existentes, y cada día mi hijo tenía más trabajo. Pero como pasa en todas las cosas, siempre tienen sus altos y sus bajos, y llegó un año de bajos precios en la carne de cerdo, y tuvieron que aminorar la producción de lechones, y, por supuesto, paralizar la marcha de las obras. No se paró al cien por cien, pero se quedaron en  minimos las obras; comenzaron por despedir a los albañiles que hacían el mantenimiento de la región de Murcia.
Dándome cuenta de que me quedaba sin trabajo, un día me fui a la oficina para conversar con el jefe, le dije que, dada la situación que estábamos atravesando, lo mejor sería que me dieran de baja en la empresa, ya que allí, casi no tenía nada que hacer, y que yo no estaba por meterme en las naves para hacer mantenimiento. El jefe me dijo que yo no tenía que hacer mantenimiento, que me quedara, y que, si tenía que estar una temporada llevando con el coche que yo llevaba a las distintas granjas de la región las medicinas para los cerdos, pues que las llevara y que aguantara hasta que la crisis pasara.
Pero lo mío no era repartir medicinas, y un día le comuniqué mi despido.

viernes, 21 de enero de 2011

BODA DE MI HIJO

Nueve meses y ocho días después de la boda de mi hija se casa mi hijo. El día 14 de Septiembre de 1.997 tuvo lugar la boda en la iglesia del Esparragal, pedanía de Murcia. El sí que tenía el piso preparado.
El banquete se celebró en el mismo restaurante que el de mi hija, y también nos juntamos casi la misma cantidad de personas que en la de mi hija.
En esa fecha mi hijo ya llevaba dos años con empresa propia. Desde que yo dejé la empresa de Diego Marín, estuve unos meses en el paro, y en Septiembre de 1.995 formamos la empresa con el nombre de Manrique y Riquelme S.L. Yo fui el que figuraba como gerente de la empresa, pero los dos hacíamos y ordenábamos por igual. Comenzamos haciendo una vivienda justo lindera a nuestra finca, y, acabada esa obra, comenzamos otra de la misma familia y en la misma finca. Funcionábamos muy bien, mi hijo ya se había cuajado bien en el oficio.
Un día, un amigo mío que hizo el servicio militar conmigo y que trabajaba en una empresa dedicada a la cría y engorde de cerdos como encargado de obras, me dijo si quería irme a trabajar a la empresa en la que él estaba, pues a él le iban a poner en otro puesto de más mando y tenía que dejar en su puesto a una persona de confianza. Le dije que me lo pensaría, y así quedamos; lo comenté con mi hijo y le dije si él se comprometía a llevar la obra solo, me contestó que sí, aunque yo siempre estaría a lo que él necesitara.
Pasaron unos dos meses y, como mi amigo no me había dicho nada, pues yo eché en olvido lo que me había dicho, pensando que se habría arreglado por otro lado. Un día llega mi amigo a la obra y me dice: "Juan ¿es que no te has pensado todavía lo que te dije?". Yo le contesté: "pues yo creía que te habías arreglado por otro lado". Entonces me dijo que su jefe le había presionado para que se cambiara al otro puesto. Hablamos y quedamos de acuerdo.

martes, 18 de enero de 2011

BODA DE MI HIJA

Terminada la obra del edificio, mi hija y su novio ponen fecha para su boda, pero no tenían casa preparada para meterse; tuvimos que trasladarnos al edificio nuevo para poder habilitarles y amueblarles el piso que habíamos comprado, cosa que hicimos en pocos meses.
El día seis de Diciembre de 1.996, día de la constitución, se casa mi hija. La boda fue por la tarde, hacía bastante fresco y mi hija llevaba un vestido de novia algo ligero, yo fui el padrino y fuimos hasta la iglesia andando; recuerdo cómo se refugiaba en mí porque tenía frío, yo le decía: "es que las novias de hoy sois muy presumidas". La boda se celebró en el restaurante BAR DEL CAMPO, en la Matanza de Santomera. Nos juntamos cerca de doscientas cincuenta personas, todo salió como lo teníamos previsto.,
Lo que no teníamos previsto fue la muerte de mi primo Paquito, un hijo de mi tía Concha, una hermana de mi madre, que vivía en Sabadell, provincia de Barcelona. Nos dieron la noticia cuando estábamos terminando el convite; entonces nos fuimos en un coche particular, mi tío Perico, su hija y su marido, que conducía su coche, mi primo Pichules y yo. El entierro tuvo lugar el día ocho, día de la Inmaculada, precisamente el día del santo de mi tía Concha y de su hija Conchita. Cuando salimos de la iglesia, a mi primo Paquito se lo llevaron para Barcelona a incinerarlo, y nosotros nos volvimos para Murcia, así que la boda de mi hija fue agridulce.

viernes, 14 de enero de 2011

COSTOSO ESFUERZO

Se hicieron los planos y se hace la estructura del edificio. Entre la compra del piso y la obra que estábamos haciendo nos quedamos con la cuenta del banco vacía.
La estructura del edificio la hizo una empresa que se dedicaba a eso, pero el resto de la obra la hacíamos mi hijo y yo los fines de semana. Para hacer la fachada de ladrillo visto, le pedí presupuesto a un especialista, y me pidió un millón de pesetas sólo de mano de obra. Lo comento con mi hijo y los dos quedamos de acuerdo en hacerla nosotros; pedí a mi empresa dos semanas de vacaciones en verano, y en ese tiempo hicimos toda la fachada de la vivienda de abajo, que medía más de veinticinco metros, porque la vivienda daba a dos calles.
En la navidad de ese mismo año tomamos otras dos semanas de vacaciones, y terminamos toda la fachada. A continuación, en los fines de semana hicimos las terrazas. Ya sólo quedaban los interiores y el patio de luces; pero todo lo que ganábamos lo empleábamos en la obra.
Una noche, cuando estábamos cenando, mis hijos nos dicen que querían casarse. Mi mujer y yo nos quedamos mirándonos; yo les dije que no estábamos preparados para eso económicamente, pero que, si ellos lo tenían claro, que yo pediría un préstamo para hacer frente a la situación.
Estuve con el director de Caja Murcia y le expuse el caso. Me mandó un perito para que valorara la obra; a los pocos días me llama y me dice que, cuando quiera, me pase por la caja para formalizar el préstamo. Lo comento con mi mujer y con mis hijos y, entonces, mis hijos, que habían reconsiderado lo que yo les dije en la cena, me dicen que no se casan y que siguiéramos haciendo la obra.

martes, 11 de enero de 2011

UN EDIFICIO EN MI CASA

Corrían los años entre 1.988 y 1.990. Cuando hice mi casa aproveché las paredes del patio para construirla; así que la humedad la tenía asegurada. Pensando que tenía que hacer una reforma de bastante envergadura, les dije a mi mujer y a mis hijos que tendríamos que desalojar la casa para hacer la reparación.
Compramos un piso nuevo en la calle del Calvario, se estaba construyendo el edificio, y nos costó 3.850.000 pesetas. Obtuvimos un préstamo para 15 años y, pensando en mi hijo, lo pusimos a su nombre para cuando él se casara.
Una noche estábamos cenando, ya nos habíamos pasado a vivir al piso, comenté de tirar la casa para hacer una nueva en el mismo solar. Mi hijo Juan, que era el presidente del edificio  ya sabía lo que era vivir en comunidad, me dijo: "papá, ¿por qué, en vez de hacer una casa en bajo para vosotros, no hacemos un edificio con semisótano, una vivienda para tí en la planta baja y otra para mí, arriba?"; le dije que me lo pensaría.
Consulté con un arquitecto para hacer los planos y le pregunté si sería mucha la diferencia entre hacer una casa en bajo, o hacer el edificio. El arquitecto me dijo que tendría que valorarlo, y así lo hizo. La vivienda en bajo me costaría unos siete millones de pesetas, y el edificio completo unos trece millones. Lo consulté con la familia, y llegamos a una conclusión, haríamos el edificio para los dos, pero el piso que habíamos comprado sería para mi hija María José; y así quedó acordado.

martes, 4 de enero de 2011

OTRO TRABAJO

A lo largo de mi estancia en la empresa Diego Marín Alarcón realicé diversos trabajos, algunos más destacados de lo habitual, porque, cuando entré en la empresa, los trabajos que ésta realizaba eran en su mayoría de caminos rurales y agrícolas. Como se enteraron enseguida de que mi especialidad consistía principalmente en la construcción de viviendas, la empresa comenzó a tomar obras de más envergadura, hice una casa en una finca experimental en Blanca. Para esa obra contraté a mi cuñado Paco y a mi hijo Juan el año 1.986.

En el año 1.990 hice un chalet en Extremadura para un ingeniero en Santa Cruz de la Sierra, provincia de Cáceres. Terminada esa obra, hice una cámara agraria en Caravaca de la Cruz, provincia de Murcia, y, a continuación, hice la estación de autobuses de Lorca junto a la estación de ferrocarril.
Nada más terminar la estación de autobuses, hice una impulsión de riego entre Lorca y Puerto Lumbreras, concretamente en El Esparragal, para una modernización de regadío. Se hizo la toma buscando el túnel que lleva el agua del trasvase a Almería. Tuvimos que profundizar casi seis metros para hacer la solera de la arqueta que toma el agua del túnel. Se colocaron ochenta metros de tubería de 1.200 m.m. desde la arqueta de la toma hasta la arqueta de las bombas. Esta arqueta medía 15 m x 10 m, sin ningún pilar en el centro y con una profundidad de 5 m. Se colocaron cinco bombas de 200 l x s cada una. Al final de la tubería de impulsión se tuvo que colocar una torre de equilibrio de presión, que medía más de veinte metros de altura.
De allí me pasé a Salamanca para construir otra cámara agraria. A esa obra no me llevé a mi hijo. Se quedó haciendo los remates de la impulsión. Por cierto, allí se despidió y se fue a otra empresa.
Ya llevaba más de nueve años en la empresa, y casi siempre lejos de mi casa; se había ganado dinero, pero el dinero no lo era todo y me planteé dejar la empresa cuando terminara la cámara agraria de Salamanca. Tenía que viajar muchos kilómetros solo y casi siempre de noche, así que comuniqué a mi empresa que, cuando se me terminara el contrato que tenía, ya no seguiría, y dejé la empresa justo a los diez años de comenzar, el día 4 de Noviembre de 1.994.

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