En los últimos días del mes de Agosto del año 2007 me jubilo con sesenta y cinco años cumplidos, mi etapa laboral se había acabado. Mi hijo no se lo creía cuando llegué del trabajo y saqué la caja de las herramientas del coche.
Mi hijo me dijo : "papá, ¿es que es verdad que no vas a trabajar más, con lo que te gusta el trabajo?", y yo le contesté : "mira hijo, a lo largo de mi vida laboral, desde que tenía nueve años cuando comencé, me fui forjando dos ilusiones, una era llegar trabajando hasta los sesenta y cinco años, que para mí era señal de que gozaba de buena salud, y la otra ilusión que yo me forjé era no seguir trabajando después de cumplir los sesenta y cinco años; por lo tanto, voy a comenzar mi segunda ilusión, y, para no caer en la tentación, lo mejor que puedo hacer es bajar las herramientas del coche.
Así que, a fecha de hoy, dos de Febrero de dos mil once, llevo ya más de tres años jubilado y lo llevo bastante bien. De momento estoy disfrutando de mis cinco nietos, los dos de mi hijo, Juan que cumplirá once años el día veintiocho de Junio y Lucía que cumplirá ocho años el día dieciséis de Junio; y por parte de mi hija, Irene que cumplirá diez años el día ocho de Febrero, Andrea que cumplirá siete años el día dieciséis de Febrero, y Gonzálo que cumplirá cinco años el día diez de Febrero.
Y por supuesto también disfruto de mis hijos con sus respectivas parejas, y, como no podía ser menos, de mi esposa Emilia. El día tres de Mayo próximo hará cuarenta y dos años que nos casamos. Con todos ellos estoy disfrutando de mi jubilación, a los nietos llevándolos y trayéndolos del colegio, y, a los demás, haciéndoles algún "mandado" que otro si se presenta.
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