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domingo, 21 de marzo de 2010

NUEVO TRABAJO


Terminado el servicio militar, me incorporé al trabajo de la construcción otra vez, pero con un posible nuevo trabajo en el bolsillo, mi carnet de conducir de primera.

Pasaron más de quince meses desde que me licencié, cuando se presentó en mi casa un compañero de la mili, me ofreció la plaza de conductor que él tenía, porque se iba a dedicar a otra cosa; yo, como tenia ganas de conocer ese oficio, acepté su oferta y cambié la paleta que tenía por el volante.

El camión era un Avia de 3.500 kilos sin vasculante, y cargaba unas veces cemento y otras yeso o ladrillo; el caso es que tenía que mover yo solo más kilos en un día que en la construcción en un mes.

Un año tardé en darme cuenta de que el camión no me beneficiaba en nada, que lo que estaba haciendo era entorpecer mi carrera de la construcción, y, a parte, que con el camión trabajaba por la noche y por el día para ganar lo mismo que en la construcción.

viernes, 19 de marzo de 2010

DESPUES DE SEMANA SANTA

Después de semana santa, en los días de la merienda, volví a ir al baile; ella estaba allí, intenté bailar con ella pero no había forma, ella siempre bailaba con las amigas o con un chaval jovencísimo; yo insistía una y otra vez, las amigas cuchicheaban con ella.

Cuando terminó el baile salieron en dirección a sus casas. Yo me sentía un poco desanimado y cogí la moto para marcharme, pero, antes de arrancar, pensé y me dije "¿es que ésta va a ser más cabezota que yo?", dejé la moto y salí tras de ella.

A diferencia de la vez anterior, las amigas la dejaron en el lateral; yo, aprovechando la ocasión, me puse junto a ella. A cualquier cosa que le decía ella me salía por los Cerros de Ubeda, parecía más despistada que una cabra en un pajar; como llevaban las capazas de la merienda, una de las veces que le hablé me dijo: "anda, ya que no te vuelves, por lo menos ayúdame a llevar la capaza.

Así lo hice y así empezó mi relacion con ella. Todos los fines de semana que venía de rebaje iba a verla. Empezamos a escribirnos cartas y terminamos siendo novios hasta el día en que nos casamos. Mi viaje al baile de la venta había dado su fruto.

Nos unimos en matrimonio el día tres de Mayo del año 1.969, y hasta el día de hoy (16-8-2.009) permanecemos unidos después de cuarenta años casados. Como en todo matrimonio tenemos nuestras discusiones y nuestras diferencias, pero, al final, nos acostamos juntos en la misma cama.

Analizando el sistema moderno, yo acabo por no entenderlo; antes una pareja se casaban y se entregaban en cuerpo y alma para el resto de sus dias, pero ahora no.

domingo, 14 de marzo de 2010

BUSCANDO NOVIA


En las navidades del año 1.965 yo tenía ya motocicleta. Nos fuimos un primo mío y yo a un baile que se hacía los domingos en el Campo de la Matanza, en la venta Bocazas. Allí vi una chica que me llamó mucho la atención; pero un amigo, al que llamábamos El Azaña, que estaba con su novia, me presentó a otra chica y bailamos, pero a mí la que me atraía era la que había visto primero.

Cuando terminó el baile cada uno se iba marchando para su casa; yo le dije a mi primo "espérame aquí que vuelvo enseguida"; me marché para acompañar a la chica en la que yo me había fijado, pero ella estaba entre sus amigas y yo no podía hablar con ella. Me huía como si yo fuera un bicho raro.

Cuando llegamos a su casa, se metieron tres chicas, y las otras, con dos mujeres mayores, siguieron camino adelante; y allí me quedé yo solo y a oscuras, porque no había luz eléctrica todavía en el Campo de la Matanza. Me volví por el camino de vuelta hacia el bar donde me esperaba mi primo; iba pensando que no había conseguido nada; pero después, pensándolo mejor, me dije, bueno, por lo menos sé dónde vive.

martes, 9 de marzo de 2010

MIS RELACIONES DE JOVEN CON AMIGAS Y AMIGOS

Desde que empecé a trabajar en la construccion fui haciendo amistades con los compañeros de trabajo, unos mayores, otros jovenes como yo y otros que se iban incorporando al trabajo. Como ya teníamos bicicletas, corríamos, tanto en los días de trabajo como en los festivos, en busca de aventuras juveniles.

Pocos pueblos y ciudades nos quedaron sin recorrer en un radio de entre quince y veinte kilometros, como eran Abanilla, Fortuna, Monteagudo, Murcia, Beniaján, Alquerías, Beniel, Orihuela y vuelta a Santomera pasando por Rincón de Bonanza, la Aparecida, y el Siscar.


Hacíamos bailes en casas particulares a donde acudían chicas y chicos, bailábamos y nos divertíamos, incluso algunos de los amigos se echaron novia formal.


Durante mi servicio militar estuve cortejeando a una chica, incluso nos escribíamos cartas, pero no había un fondo serio de noviazgo, duró poco tiempo, y rompimos.

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